Eran un furor. En los recreos de las escuelas había que llevar "el que menos corría peligro de romperse" porque en poder de los demás compañeritos podía abrirse la cubierta de acrílico transparente.
No estaban aún los relojes con jueguito ni los videos de la Commodore 64. Para soñar nos transportábamos hacia los mágicos mundos de esas cajitas tan especiales y de alguna manera, podíamos conquistar un universo, jugar al fútbol, al básquet, correr carreras, y hasta jugar al póker.
Sí, la referencia para hoy es para los Pocketeers. Me volvían loco y siempre he sido cuidadoso con ellos. Me moría si se rompían, pero había uno que era una especie de auto transitando por una ciudad y que uno manejaba con dos cilindros blancos. A todos se nos rompía ése!!!
En esta entrega de hoy, vamos a arrancar con 3 pocketers que conservo intactos desde mi época de nenito. El de carrera de caballos, uno de Fútbol y el tercero, el Fruit Machine.
En otras entregas mostraré más pocketeers que conservo. Pero ahora, si les parece, podemos jugar un ratito... al de caballos... ¿por qué color apuestan? voy por el azul!!!
Gus