CUANDO ÉRAMOS CONSTRUCTORES...

martes, 17 de noviembre de 2009

Éste es uno de mis primeros chiches. En mis vacaciones en la casa que mis viejos tenían en Ingeniero Maschwitz, recuerdo que me lo llevaba para cuando llovía y no podía salir a jugar al campo. El juego es por demás sencillo, solamente había que dejar volar la imaginación.


Columnas, techitos, parantes, y hasta barras de balcón traía este juego.

Mi Casita tenía piezas se madera pintadas a mano. Los laburos artesanales de varios juguetes de antes, me dejan con una capacidad de asombro y de nostalgia enorme. Por eso disfruto mucho cuando voy a una feria y me encuentro con juguetes de madera o de esa hojalata dura llena de litografías. Ojo, tanto Mi Casita como algunos similares, aún se pueden encontrar en Centenario o en Chacarita... Este es un juego de finales de los años setenta, aunque a principios de ésa década habían salido algunos similares.
Como las generaciones se renuevan, he decidido ponerle una pausa a tanto Ben 10 y enseñarle a Gaby, mi hijo de 5 años, a jugar con la casita.
El entusiasmo inicial lo dice todo en su carita. Vamos a construir lo que se nos ocurra!!

Pero claro, no es tan fácil, hay que tirar todo y volver a empezar... Roma no se hizo en un día después de todo...


Pero bueno, Constantinopla no tiene nada que envidiarle a esta construcción!!


Siiii!!! lo logramos!!!

Al final, luego que se acabó la creatividad, empezamos a jugar un improvisado Yenga... Perdí los tres partidos se me derrumbó la torre....
Ojalá nunca perdamos la esencia de jugar con estos chiches, así tengamos 80 años... Y ese día, por unas horitas, Ben 10, fue derrotado y dejado de lado...

Gus

COLECCIÓN JACK (PARTE 1)

jueves, 8 de octubre de 2009

Y arrancamos con uno de los tesoros más gratos de mi infancia: los muñequitos Jack. En la imagen, muestro los de la colección de Hijitus, que son pocos, pero que de chico, me enloquecían. Yo armaba equipos de fútbol de acuerdo a los colores de cada muñeco. Por ejemplo, El Comisario e Hijitus, jugaban para Racing, Oaky y Calculín para RIver, Chipi para Boca... Tengo muchos más muñecos de Jack, pero en este año tan especial para el universo de Don Manuel García Ferré, (no dejes de sumarte a la idea de "Una Plaza para Don Manuel" http://rescatadosporsuperhijitus.blogspot.com/2009/10/una-plaza-para-don-manuel.html) me pareció apropiado arrancar mostrando esta parte de la colección, El año anterior, en un post de Tele Retro, escribí la siguiente historia:

1978. Uno de los primeros chiches que recuerdo de mi infancia es un Súper Hijitus plateado allá, en mi casa natal de la calle San Blas. Seguramente sería de algún chocolatín Jack. La cosa es que el muñequito cayó verdaderamente del cielo. Daniel, el hijo de La Sorda , la vecina nuestra, no soportaba oír los gritos que su madre le propinaba todo el día y se vengaba arrojando cosas por el techo que daba hacia nuestro patio. Así, un día llegó una pelota de ésas de goma, anaranjadas, con rayas circulares, y un muñequito. Creo que mi vieja quiso devolverlos pero no recuerdo bien qué ocurrió con La Sorda. Esta mujer me acuerdo que llevaba siempre un pañuelo en la cabeza. Yo era muy chico (4 o 5 años) y La Sorda me inspiraba temor. No quería agarrar esos juguetes. Pero de a poco me encariñé con el Súper Hijitus plateado. Un dia jugaba con el muñeco y éste, fiel a su esencia, salió volando, pero hacia la rejilla del baño. Esperé a que llegara mi vieja y la cuestión es que a altas horas de la noche la familia en pleno estaba destapando la rejilla y extrayendo pelusas, pelos pero nada, ningún rastro del muñeco.Solamente volví a reencontrarme con Súper Hijitus en la tele, allí daban sus cortos en fragmentos muy chiquitos.

Bien. Esta historia le gustó tanto a Fabián Mullis, que este año, en una de las reuniones Hijituteras, me regaló el premio "Juventud Pirdida" a la mejor historia Hijitutera 2008.


Y ahora sí, de algún modo, tuve una revancha con aquella rejilla y mientras termino este post, toco el Hijitus Plateado y no puedo decir otra cosa que:
"chuculita chuculata"
Gus

PROYECTANDO RECUERDOS

sábado, 12 de septiembre de 2009


A veces uno fantaseaba con algún chiche, y por distintas situaciones, por ahí te regalaban uno parecido. De chico, leyendo los Libros de Oro de Patoruzú, me volaba la cabeza cuando veía el aviso de Cine Graf. El hecho de tener un cine en casa me enloquecía!
Resulta que un día, no sé si sería Reyes o el Día del Niño, mis viejos me regalaron un Proyector del cual me enamoré tanto, que hasta el día de hoy he cuidado que no sufra ningún deterioro y siga en pie: El Golstar.


La Caja en la foto de arriba, la conservo intacta. Debajo, el proyector

El Golstar (sin la "d", como la marca que se hacía conocida luego, Goldstar) traía un montón de películas para ver. Pero era un lío cuando se terminaba, había que reemplazar y como eran muchas, era tedioso el relevo. Se acercaba mi cumpleaños y había que hacer algo para que fuera más ágil el tema de las proyecciones.
Entonces a mi papá se le ocurrió unir y pegar todas las películas con cinta, para poder ver todas las que uno pretendiera. Y así, en mi cumpleaños, los chicos pudieron ver alguna que otra película. El cine, en casa.



Así se ven las pelis sobre la pared.

Las películas eran sencillas, la mayoría con chistes y algunas historias que iban desde el lejano oeste hasta una aventura en la ciudad.
Este proyector, con el tiempo, sirvió para ver las diapositivas de mi familia pues poseía esa otra posibilidad. Con una ranurita en el medio, uno podía ver al abuelo o al bisabuelo en la pared de casa.

La caja contiene porta diapositivas, las instrucciones, una etiqueta "Proyector a todo Color Golstar" , y sobre la etiqueta ¡un lente de repuesto!

He pasado grandes jornadas con este proyector y los cómicos relatos de mi viejo mientras avanzaba la peli. Hasta ahora vimos fotos actuales, pero tengo una de 1984, en un cumpleaños, en donde mi viejo proyecta una película con el Golstar:

Las épocas de oro del Golstar.
En uno de mis cumpleaños, mi papá proyectando las pelis.


Proyector Goldstar. Ideal si tiene una pared blanca en su casa.
O sino, con una sábana blanca, también lo podrá disfrutar...

Gus

MIS "HERMANITOS"

viernes, 14 de agosto de 2009



Corría el verano de 1973, mi mamá ya estaba con panza y junto a mi papá, meses antes que yo naciera, recorrían Mar del Plata. Mi vieja tenía entre sus brazos a este muñeco, nuevito, y mucha gente se acercaba para preguntarle: "¡señora!, ¿tan rápido va a tener otro bebé?". La gente veía al muñeco como un nene chiquito. Su nombre: Carlitos.
Carlitos me acompañó toda la vida, en la foto del logo de este blog aparece junto a mí celebrando un cumpleaños en finales de los años '70. Y si miramos bien, mucho no ha cambiado.
La ropita que vemos debajo del enterito es la de ésa época, mientras que el enterito es uno que yo tenía de chiquito.


Siempre me llamaron la atención las manos de Carlitos, los detalles de sus deditos, con la apariencia de un bebé / niño.
Con Carlitos hablaba, jugaba y así y todo llegó enterito a este año
... Pero no estaba solo. También estaba La Pancha:

La Pancha es una coneja que atravesó varias generaciones. Mis primos me llevan más de diez años y ya había pasado por sus manos. Pero desde mi niñez que la albergo conmigo.

La ropa de Pancha es original, y sus orejas se mueven para adelante y hacia atrás. Durante todos estos años Carlitos la invitó a salir y se ponía de espaldas, negándose...

Pero hay un dicho que señala "intentar algo nuevo requiere valentía, intentarlo otra vez, perseverancia" y Carlitos lo intentó otra vez, y saben que?...

Se calzó un gorrito canchero, y lo logró!...
Gracias Carlitos y Pancha, por acompañarme, no en mi niñez, sino en mi vida. No tuve hermanitos pero sí a ustedes, queridos compañeros de juegos y alegrías...

Gus

QUETREN QUETREN

miércoles, 22 de julio de 2009


Tenía ganas de postear esto y compartirlo con todos ustedes. Uno de los juguetes más lindos y queridos de mi infancia: El Tren Lima.
Cuando era chico y veía pasar un tren, imitaba el sonido y decía "quetrenquetren..."
El tren Lima era un señor tren. Venía en una caja prolijamente presentado y separadas las piezas. He conservado todo.

Las vías se unían por un sistema de encastre, había terminales de cobre y la caja traía vías que, cerraban en círculo si uníamos todas.

En una terminal de la vía se le conecta el control remoto, que tiene la básica función de echar a andar el tren para adelante y para atrás. El control lleva 3 pilas medianas.

Pero vamos a presentarles a los verdaderos protagonistas: la Locomotora y los Vagones.
Vean la locomotora... ¿no es una belleza?


Y ahora pasemos al vagón. Da ganas de entrar y sentarse.

Y por último el carguero.


Armadito queda así...


Viene con un folleto para elegir modelos de trenes y vagones. Es que por separado se vendían accesorios como barreras, estaciones y demás cosas.


Hay una perlita: en la caja encontré un papel del Censo ´80. Vemos el logo del lapicito, y esto marca la época. El Tren Lima era de finales de los años '70 y comienzos de los '80.

Bien... como verán, mi familia respondió...
Cerca de casa tengo una casa que aún vende repuestos y accesorios para el Tren Lima. En cuanto lo amplíe, posteo el nuevo tren.... Mientras, los dejo... me voy al coche comedor...

Gus

¡ASPIRINA PARA ESTE JUEGO!

sábado, 11 de julio de 2009


Por la pantalla de la tele, en la publicidad, parecía que era más grande. ¿No les pasaba esto en la niñez? Uno se imaginaba que los juguetes eran más grandes y voluminosos y cuando llegaban a nuestras manos, decía "¿así era ésto?". Sobre todo, si uno veía la publicidad en los viejos y queridos televisores blanco y negro.
Con el Dolor de Cabeza uno no se sentía defraudado. Sí hay que señalar que parecía más "galáctico" por la tele que en vivo y directo. Sobre todo los montículos plásticos en donde se asentaban los conitos.


El juego acepta hasta cuatro jugadores. Cada uno tiene un color. Cada color, cuatro conitos. En el medio se encuentra la estrella de este juego: el cubilete automático.
Había que presionar el cubilete con cierta fuerza para que los dados volaran y dentro de la esfera, arrojaran un resultado. El ruido que hace aún hoy en día ese cubilete es sin igual. No se puede describir con palabras pero les garantizo que invita a seguir jugando.


El sistema es similar al de una oca, en este caso lo conitos deben avanzar atravesando el número total de montículos que señalaron ambos dados. La meta es comer los conitos rivales.
Cuando uno logra comer un conito rival, puede ir en ambos sentidos y se encuentra protegido por los montículos que están marcados con una X.


He pasado horas jugando con mi primo y mis amigos del cole a ésto. Depende de los números, la cantidad de tiempo que dura el juego puede llevar más de una hora.
El juego cuenta con una especie de joyita muy especial: el punto rojo. Cuando un dado arroja un número y el otro un punto rojo, se puede tirar de nuevo, y esto es clave a la hora de contar los espacios que restan para "comer" a un conito rival.


Todo termina cuando los conos rivales terminan "comidos". Eso sí, que no se caiga la torre de conitos...


Lo mantengo aún en su caja original y está perfectamente cuidada.
Aún recuerdo esa publicidad que lo presentaba como un juego casi espacial, es más, me están dando ganas de empezar a presionar ese cubilete automático y desear que salga el punto rojo para tirar de nuevo...

Gus

Este post está dedicado a Luis Ardouim, ojalá que no tenga más "dolores de cabeza" y pueda dedicarse en paz a lo que tanto ama, el arte de las esculturas en cerámica.

LA POCKETEERS MANIA (PARTE 1)

miércoles, 24 de junio de 2009


Eran un furor. En los recreos de las escuelas había que llevar "el que menos corría peligro de romperse" porque en poder de los demás compañeritos podía abrirse la cubierta de acrílico transparente.
No estaban aún los relojes con jueguito ni los videos de la Commodore 64. Para soñar nos transportábamos hacia los mágicos mundos de esas cajitas tan especiales y de alguna manera, podíamos conquistar un universo, jugar al fútbol, al básquet, correr carreras, y hasta jugar al póker.
Sí, la referencia para hoy es para los Pocketeers. Me volvían loco y siempre he sido cuidadoso con ellos. Me moría si se rompían, pero había uno que era una especie de auto transitando por una ciudad y que uno manejaba con dos cilindros blancos. A todos se nos rompía ése!!!
En esta entrega de hoy, vamos a arrancar con 3 pocketers que conservo intactos desde mi época de nenito. El de carrera de caballos, uno de Fútbol y el tercero, el Fruit Machine.



El de carrera de caballos es, tal vez mi favorito. Cuatro caballos de diferente color, una pista y una rueda blanca con la que comandamos la carrera. Funciona con imanes que pasan por abajo de la pista y un juego de engranajes especial. Había carreras que se definían por una cabeza o mejor dicho por una "centésima" de cabeza...


El de fútbol ha sido el primero que tuve. Se apoya inclinado y se comienza a "patear" tiene el estilo de un flipper en este caso 7 pelotas que había que meter dentro del arco. Si caía la pelota para el agujero del medio y abajo era un gol en contra y al ser 7 balones, siempre había un ganador.



El Fruit Machine daba la sensación de ir a una máquina tragamonedas. Se tocaba un disparador y se cortaba la velocidad cuando uno quería. Y lo que salía era el premio. Había que lograr 3 cebollas para tener el máximo puntaje.

Este post está dedicado a mi amigo Fabián Mullis, un "pocketeermaníaco" como yo, que aún los compra y se divierte y cada vez que consigue uno (hace poco logró el querido Electron) lo cuenta con una emoción que me hace recordar aquellos momentos lindos de la infancia.
En otras entregas mostraré más pocketeers que conservo. Pero ahora, si les parece, podemos jugar un ratito... al de caballos... ¿por qué color apuestan? voy por el azul!!!

Gus

UN JEEP MUY CRAZY

lunes, 15 de junio de 2009



Hace un tiempo le comenté a alguien que había hallado una caja con chiches míos de cuando era un nenito. Esa persona me dijo "cómo puede ser que me digas eso así como asíiiiii". Y bueno, ese comentario fue lo que me terminó de decidir a armar este blog. Hoy en día es un objeto de culto para muchos. Les presento a "EL JEEP LOCO"

Este carro tan característico tiene el detalle que choca, rebota y sigue su marcha. Nada lo detiene. Es más, hace poquito le di cuerda, anduvo un rato, se paró y luego, de golpe, inició su andar solo.
El Jeep Loco tiene a este hombrecito que golpea su cabeza para adelante y para atrás, va y viene...
Va y viene la cabeza y el cuerpo del muñequito... pobre le faltan los brazos...

Se mantiene dentro de todo funcionando, teniendo en cuenta que lo tengo desde que tenía mis juguetes en mi vieja casa de Floresta, allá por 1978... Está un poco deteriorado pero el loco... se conserva...
Su recorrido es en curva, una curva semi pronunciada que es una delicia a los ojos de algunas personas que lo han visto y admirado. Es uno de mis recuerdos favoritos y hoy lo comparto con todos ustedes.

La cuerda del Jeep estaba debajo... no extrañan este tipo de juguetes?


No sé cuánto piden por él en el Parque, y estoy al tanto que hay varias versiones. Pero éste conserva el encanto de una época de juegos, ilusión y diversión.

Estas litografías se extrañan también mucho ... miren el detalle de las ruedas

A partir de aquí los posts serán dedicados en especial a muchos coleccionistas que empecé a conocer desde hace un año y que me decían "ya vas a ser uno más de nosotros"... y aquí estoy, ahora les estoy dando la razón, je.
Esta primera dedicatoria es para Marisa que fue la que me impulsó a hacer este espacio cuando supo que encontré en esa cajita de "Madalenas" el Jeep Loco, entre otros chiches retro. Y atención que la próxima dedicatoria que se viene será para un amigo con el que compartimos una afición por un chiche retro muy querido...
Me voy a seguir jugando con el Jeep... mientras nadie le saque multa por alguna infracción con su andar en curva...

Gus

UNA MAQUINA PARA DIBUJAR

jueves, 4 de junio de 2009

En la década del ochenta, algunos "mayores" miraban con recelo este bicho, pues lo denostaban diciendo "yo cuando era como vos dibujaba con lápiz y papel". Y ahora, es un objeto de recuerdos impresionantes. Se la conocía como Skedoodle, la Máquina de Dibujar.
El procedimiento era sencillo, una palanca apretar con suavidad y a crear! Tenía, como vemos en la foto, una pantalla circular en donde veiamos nuestros trazos y además la pantalla giraba para ayudarnos en las imágenes con vuelo creativo.
Además, las placas amarillas son plantillas para poder diseñar formas predefinidas. Era cuestión de acompañar el trazo, nomás.


Para borrar, habia que agitarla boca abajo y listo, pantalla en blanco.


Aún la conservo en perfecto estado...


Ok la caja se arrugó un poquito pero bueno... El juguete se agotó rápidamente, ya comenzaban los jueguitos electrónicos a ocupar la banca pero en el recuerdo de muchos está esta maquinita que era codiciada por varios... los dejo, estoy dibujando un Topo Gigio junto a Súper Hijitus a ver si me sale... Fuuu Fuuuu

 
Plantilla creada por laeulalia basada en la denim de blogger.