Siendo "un nenito", tenía un raye extraño. Me alucinaban los micrófonos y quería probar uno. Se me hacía agua la boca, creía que era como un helado que los conductores de la tele (Soldán, Orlando Marconi o Simmons) estaban a punto de comer "y lo dejaban para después".
Claro, estamos hablando de un niño de entre 3 y 4 años. No sé cuánto habré hinchado la paciencia a mi familia mientras agarraba todo palo de escoba que se atravesaba y me lo llevaba a la boca, que un día sábado, veía que mi padre estaba de espaldas sobre una mesa, trabajando sobre algo pero yo, debido a mi altura, no lo podía ver.
La sorpresa fue mayúscula cuando me presentó un micrófono de madera tallado por él mismo!.
Enseguida, claro, me lo llevé a la boca, y como recién comenzaba a hablar, la palabra "micrófono" era muy larga e incomprensible para mí, entonces dije "Micruso".
Y así quedó el querido "Micruso" que sigue en mi estantería de "Chiches retro" hasta el día de hoy.
El mismo está confeccionado con la parte superior del palo de una escoba, y tiene hasta el día de hoy la misma piola.

Con un palo de escoba, un cordel y un poco de maña, este micrófono estaba a la altura de los que usaban Soldán y Simmons ¡qué tanto!
Estas son las cosas que uno, aunque recorra mil ferias, no encontrará jamás en alguna. Son aquellos regalos del corazón que para quien esto escribe (y sin parodiar aquella publicidad de la tarjeta de crédito) ... no tienen precio.
Claro, estamos hablando de un niño de entre 3 y 4 años. No sé cuánto habré hinchado la paciencia a mi familia mientras agarraba todo palo de escoba que se atravesaba y me lo llevaba a la boca, que un día sábado, veía que mi padre estaba de espaldas sobre una mesa, trabajando sobre algo pero yo, debido a mi altura, no lo podía ver.
La sorpresa fue mayúscula cuando me presentó un micrófono de madera tallado por él mismo!.
Enseguida, claro, me lo llevé a la boca, y como recién comenzaba a hablar, la palabra "micrófono" era muy larga e incomprensible para mí, entonces dije "Micruso".
Y así quedó el querido "Micruso" que sigue en mi estantería de "Chiches retro" hasta el día de hoy.
El mismo está confeccionado con la parte superior del palo de una escoba, y tiene hasta el día de hoy la misma piola.


Estas son las cosas que uno, aunque recorra mil ferias, no encontrará jamás en alguna. Son aquellos regalos del corazón que para quien esto escribe (y sin parodiar aquella publicidad de la tarjeta de crédito) ... no tienen precio.
Gus